sábado, 27 de noviembre de 2010

Rescate número 2

Aquí va el segundo "positivo" prometido...

EL JARDÍN DONDE LOS SENDEROS SE BIFURCAN (Año 2003)

Hoy he vuelto de nuevo a nuestro jardín y un cúmulo de inexplicables sensaciones invade mi ser. No sé que debo hacer, pero por fin me he decidido ha hablarte:

Hace un mes que no venía por aquí, no tenía suficiente valor para volver al último sitio donde te vi lleno de vida, donde te vi sonreir, donde te pude abrazar...¡Siempre te he querido tanto!
Ahora todo es distinto, quererte me desgarra el alma porque siento que no puedo tenerte y eso me mata, me ahoga por dentro. No aguantaría poder verte como un cuerpo inmóvil al que parece que se le escapa la vida, por eso te escribo en vez de hablarte como lo hice hace días desde los pies de la cama de aquel triste hospital.
Siento no estar contigo, sé que es ahora cuando más me necesitas pero al ver tu rostro con esa infinidad de diminutos tubos y no poderlo acariciar... tengo miedo de hacerlo y causarte algún daño, pero más miedo me da perderte sin haberte dicho que te amo.

Desde el día que nos conocimos comenzó una amistad, la cual fue creciendo sin parar. Cada día veníamos a este jardín donde hacía de mi sueño una realidad: Ver esa sonrisa que me invadía de felicidad, recorrer juntos el camino. juntos hasta el final, sin separarnos un momento.

Un par de días han pasado y la pena continúa invadiéndome. Ayer cuando caminaba por el jardín un sentimiento afloraba en mi piel más real que la propia vida: Te quiero y nunca lo podrás saber. Te he perdido para siempre, ya nunca te podré tener, nada tiene sentido par mi y mi fe se desvaneve por completo.
Siento culpa por no haber podido estar contigo en aquel momento, por no haberte dicho adiós. Impotencia, por desear algo con todas tus fuerzas y no poder hacer nada al respecto.

Ahora pienso en el jardín, en nuestro caminar juntos diario y temo no poder seguir adelante. No creo poder volver a él, pues me hace recordarte tanto que duele. "Este es nuestro jardín, pequeña" solías decir... Pero hoy todo ha cambiado, jamás será de nuevo nuestro jardín. Pues hoy es el jardín donde los senderos se bifurcan, nuestros senderos se bifurcan por primera y última vez.

Rescate número 1

Buscando entre papeles esta mañana he encontrado 2 pequeños textos creados hace años... Me ha provocado una sonrisa poder recordar aquellos momentos y me apetece compartir mi forma de escribir de aquel entonces... Espero que os gusten y os hagan recordar a alguno de vosotros aquellas clases de literatura del colegio en las que si escribías redacciones te ponían un "positivo" (¡Qué tiempos! jajaja). Aquí va el primero de ellos...


CARTA A UN AMOR PERDIDO (Año 2002)

Toda mi vida la he pasado buscándote. Jamás pensé que alguien pudiera hacerme feliz como lo has hecho tú. Nunca imaginé que fuera posible que después de tanto dolor pudieras hacerme creer de nuevo en el amor.
Antes de ti no entendía que cuando amas a alguien lo haces con todo tu corazón, pero sólo tú comprendiste cuan inmensos eran mis sentimientos y en lugar de asustarte y salir corriendo los aceptaste, los igualaste e incluso en ocasiones llegué a pensar que los superabas.
A tu lado era la persona más feliz del universo y eso era lo único que importaba. Despertaba cada mañana a tu lado y siempre me recibías con una sonrisa, un beso, una caricia...

Ahora tengo miedo. Me siento perdida sin ti, sin tus dulces ojos almendrados que con una mirada de apoyo me hacía sentir comprendida. Sé que nunca nadie me volverá a mirar de esa forma, sé que nunca amaré a nadie como a ti.
En cuanto vi la manera en que el médico venía hacia mi lo supe. Ya era demasiado tarde. Te había perdido para siempre.


Ya han pasado casi 2 años y tu recuerdo permanece imborrable en mi cabeza. Me paso los días sin dormir y el tiempo parece haberse parado a mi alrededor. Te escribo esta carta deseando que desde donde quiera que estés puedas leerla; que veas que aún te amo y lo seguiré haciendo siempre, que no puedo pensar en otra cosa que no sean tus ojos, tu sonrisa...
Quiero que sepas que lo más bonito que me ha pasado en la vida es haberte conocido aquella calurosa tarde de finales de verano.

'Daría mi mundo por ti, mi alma por volver a sentir tu cuerpo junto a mí otra vez. No sé si puedes verme, lo único que sé es que jamás te olvidaré y que al final de mis días, mi amor, te encontraré...'