Nunca he creído en el amor a primera
vista. Sí existe la chispa que recorre tu cuerpo cuando ves a alguien que
realmente te atrae… pero de la atracción al amor hay un gran paso. Una parte de
ese paso puede ser, de hecho, la relación.
Hoy quiero hablar del ciclo de vida de
las relaciones.
A los que provienen del mundo del
marketing quizás les suene aquello de que un producto tiene un ciclo marcado
por 4 fases: Introducción, crecimiento, madurez y declive. Pues bien, anuncio
públicamente mi creencia acerca de que las relaciones tienen las mismas 4 fases
exactas.
La idea viene de cero, con una mirada,
una sonrisa… algo que despierta en tu interior y que empieza a INTRODUCIRSE en
tu corazón y en tu cabeza. Todavía no tienes claro si es lo que buscas pero
cada día tienes más ganas de vivirlo y disfrutarlo, aunque sea un mero intento.
Luego viene el CRECIMIENTO del
sentimiento en sí, donde descubres todo lo bueno: lo que te hace feliz, las
cosas en común, las cosas que os diferencian y os hacen mejorar, aprender. En
este punto la burbuja es irrompible, el pensamiento es único, el universo
entero gira en torno a los movimientos de la otra persona. Cada uno tiene un
grado, está claro, pero el amor nos “eleva” queramos o no.
Más tarde llega el peligroso momento:
la relación es estable, el amor es consistente y diversas acciones surgen en
las mentes de los individuos afectados: casarse, vivir juntos, quizás tener
hijos o quizás sólo amarse. La relación se siente en su máxima plenitud,
DESARROLLADA, al igual que las dos personas que la viven, realizadas, llenas,
felices.
Y entonces llega el fin del ciclo, la
etapa de capa caída, cuando las relaciones entran en un DECLIVE amoroso.
Existen aquellas que se dan cuenta que no se necesitan ni se quieren tanto y
desaparecen. Otras que realizan un Marketing intenso y consiguen darle la vida
necesaria para empezar el ciclo. Las que se acomodan en una estabilidad que
aunque ínfima en ocasiones resulta cómoda, fácil, sin esperanzas pero tampoco
desilusiones.
Ciertamente quien me conoce sabe que ésta
es la visión más crítica que puedo compartir, porque a pesar de todo, soy una
enamorada del amor. Nunca he sido una persona conformista. Me gusta ser feliz
por encima de todas las cosas, porque sé que hay relaciones que te aportan 360
días de feliz al año (daremos un margen de error de 5 por ser precavidos...). Simplemente
no luchar por ello me parece de cobardes o para ser más comedida diremos de
conformista “no a lugar”.
Luchar, creer, ser valientes y
sentir... Porque el amor es la verdadera
chispa de la vida…digan lo que digan los de Coca-Cola.
No abandones este rinconcito de ti... Sigue escribiendo...
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